El cementerio de Taltal

El desierto nortino, con viento terroso y sabor a nitrato, esconde innumerables recintos donde descansan los cuerpos de miles de protagonistas de las largas faenas extractivas de la odisea salitrera vivida en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX. Descanso eterno para miles de alma que vivieron la dureza del desierto y su pampa. Sufrieron con las condiciones de vida de los campamentos y donde estos cementerios son los últimos vestigios de las oficinas salitreras. Taltal, nacido como puerto salitrero, no es la excepción y en su campo santo recoge el testimonio de una época marcada por el desarrollo social y económico proveniente del nitrato, cuando decenas de clippers y vapores esperaban en la bahía para cargar el llamado oro blanco, mientras que su población se caracterizaba por ser cosmopolita. Junto con acoger los restos del fundador de la ciudad – José Antonio Moreno –, en las primeras callejuelas del campo santo es posible encontrar una serie de ...